¿Quién no recuerda al gran SARMATA? Pues aquí está un hijo de él y de una yegua lusitana hija de GALLO. El tordo rodado evidencia con su velocidad la sangre cuarto de milla de su progenitor, pero le añade cierta elasticidad lusitana. Este caballo se recrea en cada suerte y tiene valor de sobra.
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