Toro en el Campo

Toro en el Campo

lunes, 28 de enero de 2013

Tarde de TOROS, Santa Barbara

El sábado en La Macarena se vivió una interesante corrida donde el principal ingrediente fueron los ocho toros lidiados. Con que trapío y bravura salieron al ruedo los de Santa Barbara, para mi solo un toro no se destacó, el séptimo, con muchas dificultades en la lidia pero sobresalió en presentación y trapío.

Cuando hay toros hay corrida y a pesar de que ninguno de los matadores estuvo a la altura de los astados, más por valor que por técnica, vimos una entretenidisima y larga corrida de toros que no dejó aburrir a los espectadores y más bien nos deja esperando con ansias la próxima cita en el coso macareno.

A Sebastián Vargas le correspondió en suerte un interesantisimo primer toro al que el bogotano banderilleo particularmente desentonado, siendo asimétrica la colocación de los palos, errática la ejecución, flojas las banderillas e inclusive pasó un susto en uno de los cuatro pares que intentó poner. Para su segundo toro corrigió gratamente y fue mucho más preciso con los rehiletes, pero humilló al toro en un desplante que no aplaudió el respetable. A la hora de torear estuvo mejor en su primero que en su segundo aunque se vio fuera de forma y deslucieron esas tandas por derecha ya que no hubo ligazón; por la izquierda el toro tenía muchas dificultades y por allí no hubo ni un pase. A su segundo lo toreó todo el tiempo a media altura, sin bajar la mano, sin alargarse en cada pase, esto no es fácil, eso lo hacen las figuras y requiere plasticidad y valor; tal vez es mejor hacer el esfuerzo que pretender hacer ver el toro como uno muy difícil. Ya a la hora de entrar a matar es preocupante ver como les cuesta a los toreros colombianos la suerte suprema, la imprecisión con la espada de descabellar ahuyenta al público de las plazas y bien podrían los matadores aportar a la fiesta entrenando sin descanso para despachar a sus enemigos de la manera más eficaz.

Que porte torero el del de Salamanca, empezó Eduardo Gallo toreando con unas verónicas muy templadas y remató en la faena de muleta con unos pases por la derecha que dejaron hondos recuerdos. Unos pases muy despacio, con mucha cadencia y con mucho sentir torero. Hace mucho rato no se veía torear tan despacio, lastima que apenas probó el toro por la izquierda, quien le pegó un par de arreones, y que pinchó en su primer intento con la espada, merecida oreja que celebró con Dayro Chica a quien había brindado su primero. En su segundo al que empezó trasteando con mucho arte, y hacia pensar en una gran faena, se vino a menos por la falta de temple del torero español quien se dejó trompicar la muleta en cada pase y el toro perdió profundidad y fue cogiendo algo de peligro.

Alberto Aguilar, coetáneo de Gallo y del Colombiano Bolivar, a la postre fue el triunfador de la tarde a pesar de que no pudo ligar una faena completa en ninguno de sus toros. En su primero se mostró acelerado y no pudo afianzarse con el toro, subió en calidad la faena con sendos doblones y con un estoconazo que por si solo merecía la oreja. En su segundo, con el más complicado de la tarde y que empezaba a impacientar al público, porfió y a punto de estar en su sitio soportando los enviones del toro y obligandolo a pasar por la muleta pudo ligar dos tandas de derecha que emocionaron por su temple y volvió a rematar con estocadón hasta las bolas, otra oreja que le significó la salida a hombros por la puerta grande del coso macareno.

A Andrés Chica que siempre ha estado enorme en la plaza de Medellín, le pesó este año, al menos desde el punto de vista del público haber visto el poderío de Hermoso de Mendoza. A mi modo de ver este año no fue tan claro que el binomio se fundiera en una sola persona, la doma de Chica se ve distante, sus caballos no confían en el, ni el en ellos para acercarse más al toro, para llevarlo más templado. Al joven Andrés le sigue costando mucho entrar a matar con el rejón de muerte y en especial su primero se demoró mucho en caer, en el segundo, un rejón trasero hizo que el toro doblara rápidamente y la presidencia otorgó una oreja.

Aparte especial merecen los toros de Santa Barbara, son los victorinos colombianos, todos bravos, todos bien presentados, todos transmitían, enhorabuena por el ganadero y su heredero para que sigan por la misma senda.

Ps: Ojalá las figuras, así como en España, se atrevieran a torear toros de estas ganaderías.













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