Santa Bárbara, Ganadería de Colombia.
Propietario: Carlos Barbero Muñoz
Fundación: Noviembre de 1985
Antigüedad: 6 de enero de 1990, Cartagena de Indias
Encaste: Juan Pedro Domecq - Núñez
Divisa: Verde y Grana
Asociación: Asobravo
Fincas: Santa Bárbara, La Mandrágora y La Andrea
Ubicación: "Santa Bárbara" en la vereda El Verjón Alto, en la localidad de Santa Fé, perímetro del barrio Las Nieves (area rural de Bogotá) y "La Mandrágora" y "La Andrea" en el municipio de Carmen de Apicalá, departamento del Tolima.
Mayorales: Eudoro García en "Santa Bárbara" y Germán Garcés en "La Mandrágora".
UBICACIÓN Y ORIGEN
Ubicada tras el cerro de Monserrate; Santa Bárbara nos regala una vista privilegiada de la capital de la repúlica. Allí con el frío de los más de 2.800 metros de altura, se siente el ancanto de la crianza del toro bravo y la belleza e imponencia de los caballos belgas que cría doña Gloria Suarez, esposa del ganadero. Es solo entrar a la finca para encontrarse con las camadas que en algunos años serán lidiadas en las distintas plazas del país. Desde la seguridad de estar en su territorio los toros miran a los visitantes, dejando claro que ellos mandan en estas tierras destinadas por Carlos Barbero a cultivar el amor por este animal milenario.
La familia Barbero, con fuertes antecedentes taurinos; primero por el padre de Carlos, don Julían Barbero, piloto de la Fuerza Aérea Republicana española y quien por cosas de la vida terminó viviendo en nuestro país, cuando en realidad se dirigia al sur del continente, una vez terminada la Guerra Civil en la península; fue aficionado practico, empresario y apoderado de toreros. En su recuerdo se utiliza el verde y grana en la divisa de la ganadería ya que estos eran los colores de la bandera republicana. Por otra parte esta el abuelo materno, Isidoro Muñoz quien aparece reseñado en el Cossío, como torero y periodista, propietario de un periódico; y además por haber sido el primer torero en hacerse publicidad en medio escrito.
Con esta herencia era difícil escaparse a la vinculación con la fiesta. Fue así como en noviembre de 1985, Carlos Barbero adquiere vacas y sementales origen Samuel Flores procedentes de las ganaderías de Fuentelapeña y La Laguna esta última ganadería española que por ese entonces tenia encaste de Núñez. Ya en el año 2003, los Barbero deciden eliminar lo que tenian y adquieren sangre Núñez, vía Hermanos Lozano, que tenia el ganadero colombiano Raúl Jiménez en su ganadería Icuasuco; añadiendo tiempo después sangre de Domecq proveniente de toros de El Paraíso y complementado con semen de astados de El Ventorrillo, ganadería española que en ese entonces era propiedad de Paco Medina.
En la actualidad Santa Bárbara lleva por separado la línea Domecq y Núñez, basando gran parte de su programa de reproducción en la inseminación artificial.
FINCAS
No solo la finca de Santa Bárbara alberga los toros de Carlos Barbero, pues en aras de hacer más fácil el manejo de la hembras a la hora de inseminarlas, dar a luz y levantar las nuevas crías, se adquirieron dos fincas en la población de Carmen de Apicalá; allí si bien existe mas manipulación a causa de las garrapatas, moscos y demás enfermedades trópicales, las hembras dan mejores resultados reproductivos. Sólo se llevan a Bogotá las becerras que serán tentadas despues de un proceso de adaptación a la altura que dura varios meses, para que a la hora de definir su futuro agentes externos no afecten la verdadera condición de la posible madre. Por su parte los machos una vez son destetados son llevados a la finca "Santa Bárbara" en donde con los beneficios del clima frio, se mantienen ajenos a la manipulación humana en lo que respecta a temas sanitarios.
Es de anotar que esta tierra de Santa Bárbara, ubicada en el perímetro rural de Bogotá, ha estado vinculada con importantes taurinos a lo largo de los años. Primero perteneció a el matador de toros español en el retiro Jerónimo Pimentel quien hoy es propietario de la ganadería colombiana El Paraíso, después fue adquirida por el picador nacional Félix López, para luego pasar de manera definitiva a manos de la familia Barbero. Allí en su plaza de tientas se encuentran varios hierros, entre ellos el de Jandilla, el de Juan Carlos Barbero, hijo del ganadero; el de Icuasuco como homenaje a don Raúl Jiménez, gran amigo de Carlos Barbero, fallecido hace algunos años y fundador de la mencionada ganadería que hoy esté en manos de su hijo Julio Jiménez; además esta el hierro principal de esta dehesa con que se marcan y lidian los toros de esta casa ganadera.
ACTUALIDAD
A pesar de la juventud del hierro, Santa Bárbara ha conseguido en todas las plazas en las que ha lidiado, importantes triunfos y a dejado en el recuerdo de los buenos aficionados toros de bandera, de impecable presentación y con los encantos propios de los matices de la bravura. Es el caso de Medellín en donde se vive un noviazgo eterno entre la Macarena y Santa Bárbara. En la capital antioqueña toros como Jinete, Corso yQuitasol, dieron cátedra de toros bravos y encastados, los dos primeros merecieron el honor del indulto, mientras el tercero se llevó todos los trofeos al toro más bravo del año 2008. Otros ejemplares para destacar son Manchego y Mancheguito, ambos lidiados en Manizales y premiados con la vuelta al ruedo. Como dato anecdótico destacar que la mayotia de triunfos de esta ganadería han sido testificados por Cristóbal Pardo, a quien le ha correspondido en suerte lidiar varios de los maravillosos ejemplares de Santa Bárbara, al igual que en el campo, con el tradicional concurso de ganaderías de la Sabana de Bogotá, en donde en varias ocasiones los Barbero se han llevado los máximos reconocimientos.
En la actualidad la tranquilidad ganadera de esta divisa, descansa en los sementales Americano, Presumido y Pistacho del encaste de Núñez y Gracioso, Obstinado y Quitaluna de Domecq, los cuales han dado muy buenos resultados, producto de un pormenorizado y concienzudo estudio de reatas y selección en la tienta de hembras. Su dedicación no solo se destina a la solides genotípica, sino también a mantener un fenotipo característico que los ha llevado a ser reconocidos en cada plaza, por la seriedad de sus toros y las bonitas hechuras de los mismos. Sus capas multicolores, producto de lo veragüeño que posee su sangre son un verdadero placer para los sentidos y un verdadero reto a la hora de analizarlos.
Para Tranquilidad de los amantes al toro de lidia y como continuación del campo bravo colombiano, el hijo del ganadero, Juan Carlos Barbero Suárez, se ha comprometido desde ya a mantener viva la herencia paterna, conservando por una generación más su vinculación con el mundo de los toros. Las bases están sentadas, la consolidación es una realidad, el reto estará en mantenerla por siempre en primera línea de actualidad ganadera gracias a su buen hacer, a los triunfos obtenidos y a la seriedad en el manejo de una raza única que gracias a soñadores como ellos podemos disfrutar en nuestro país.
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