Lastimosamente no pude asistir a la novillada que abrió feria, las opiniones son disimiles, algunos recuerdan a Juan de Castilla y otros al peruano Roca Rey, creo, que yo hubiera sido parte de los primeros, porque este ejercicio, el de opinar de toros, es más subjetivo que cualquiera otro.
Al festival faltó gente, no se si siga siendo necesario incluirlo en los carteles, sin embargo el del viernes anterior fue entretenido, disfruté como nunca el solemne desfile de la virgen de la macarena, grité con mucha fuerza, ¡que vivan los toros! y sobretodo me emocioné con las ganas de triunfar del Juli, quien botó los trofeos con la espada de descabello. Ratificó Fandiño su condición de torero grande al cortarle dos orejas a su novillo-toro de La Carolina templandolo mucho. Me antojé sobremanera de la cadencia y estética en el capote y en la muleta de Alejandro Talavante, entiende uno sin mucha discusión porque hay Talavantistas. Se ve mucha lentitud en el toreo de Sebastian Ritter, tanta lentitud que ilusiona, ilusiona a lo grande, porque tan despacio torean muy poquitos. Entristece lo de Luis Miguel Castrillón, torea poco, pero tiene muy buenas maneras y decidió ser torero, las oportunidades hay que aprovecharlas, porque a veces no se repiten y hay que entregarlo todo si quiere ser alguien en este oficio. Todos los matadores hicieron un quite por chicuelinas, para mi las mejores fueron las de Talavante, seguidas de cerca por las del Juli.
El sábado, volvimos a ver La Macarena llena, en sus bajos, con el fantasma de un tendido alto inutilizado, detrás de los afiches de botero, pero dándonos un alivio de resurrección para la fiesta.
A Pablo Hermoso no lo vi muy bien con su primero, que era soso en su embestida y se le cruzaba bastante, muchas disculpas al terminar su faena, pero definitivamente no anda bien con los rejones de muerte. En su segundo que a mi modo de ver le sobró un rejón de castigo, lo toreó muy bien en banderillas, templado, concentrado, profundo y no solo efectista, disfruta toreando Disparate y el moro que le siguió en turno, toreando de frente, nos recordó esas primeras faenas de Pablo Hermoso en Colombia, nuevamente falla con el rejón de muerte, no perfila a su yegua Pirata para entrar a matar a ley, sino que entra por detrás para atacar a mancilla al toro, lo que legitima a los que piensan que en el arte del rejoneo, hay un gran desequilibrio entre el toro y la cabalgadura. Descabelló varias veces de a pie el navarro hasta que despachó a su enemigo después de un aviso.
Gran expectación por la reaparición del Juli en Medellín, no se acomodó con su primer toro al que también le sonó un aviso. Otra cosa sería el segundo, al que ordenó una vara imperceptible, requisito que parece ya un formalismo con los de Gutierrez. Quite por Lopecinas, que salieron impecables, anticipan el triunfo, respirabamos atentos esperando una faena triunfal, dos tandas por derecha y el toro se paró! Manos a la cabeza! Habiamos desperdiciado al mejor torero de la actualidad "libra por libra", pero no! El Juli no se iba a ir con las manos vacías, a base de temple y mando, obligó al toro a perseguir caminando la muleta, gran exhibición de poder y pundonor que no veíamos desde la ultima vez que Ponce toreó en la Macarena, Estocada hasta las bolas y dos orejas merecidas que nos hacen anhelar tener al Juli en Medellin, hasta que siga como torero activo.
Al festival faltó gente, no se si siga siendo necesario incluirlo en los carteles, sin embargo el del viernes anterior fue entretenido, disfruté como nunca el solemne desfile de la virgen de la macarena, grité con mucha fuerza, ¡que vivan los toros! y sobretodo me emocioné con las ganas de triunfar del Juli, quien botó los trofeos con la espada de descabello. Ratificó Fandiño su condición de torero grande al cortarle dos orejas a su novillo-toro de La Carolina templandolo mucho. Me antojé sobremanera de la cadencia y estética en el capote y en la muleta de Alejandro Talavante, entiende uno sin mucha discusión porque hay Talavantistas. Se ve mucha lentitud en el toreo de Sebastian Ritter, tanta lentitud que ilusiona, ilusiona a lo grande, porque tan despacio torean muy poquitos. Entristece lo de Luis Miguel Castrillón, torea poco, pero tiene muy buenas maneras y decidió ser torero, las oportunidades hay que aprovecharlas, porque a veces no se repiten y hay que entregarlo todo si quiere ser alguien en este oficio. Todos los matadores hicieron un quite por chicuelinas, para mi las mejores fueron las de Talavante, seguidas de cerca por las del Juli.
El sábado, volvimos a ver La Macarena llena, en sus bajos, con el fantasma de un tendido alto inutilizado, detrás de los afiches de botero, pero dándonos un alivio de resurrección para la fiesta.
A Pablo Hermoso no lo vi muy bien con su primero, que era soso en su embestida y se le cruzaba bastante, muchas disculpas al terminar su faena, pero definitivamente no anda bien con los rejones de muerte. En su segundo que a mi modo de ver le sobró un rejón de castigo, lo toreó muy bien en banderillas, templado, concentrado, profundo y no solo efectista, disfruta toreando Disparate y el moro que le siguió en turno, toreando de frente, nos recordó esas primeras faenas de Pablo Hermoso en Colombia, nuevamente falla con el rejón de muerte, no perfila a su yegua Pirata para entrar a matar a ley, sino que entra por detrás para atacar a mancilla al toro, lo que legitima a los que piensan que en el arte del rejoneo, hay un gran desequilibrio entre el toro y la cabalgadura. Descabelló varias veces de a pie el navarro hasta que despachó a su enemigo después de un aviso.
Gran expectación por la reaparición del Juli en Medellín, no se acomodó con su primer toro al que también le sonó un aviso. Otra cosa sería el segundo, al que ordenó una vara imperceptible, requisito que parece ya un formalismo con los de Gutierrez. Quite por Lopecinas, que salieron impecables, anticipan el triunfo, respirabamos atentos esperando una faena triunfal, dos tandas por derecha y el toro se paró! Manos a la cabeza! Habiamos desperdiciado al mejor torero de la actualidad "libra por libra", pero no! El Juli no se iba a ir con las manos vacías, a base de temple y mando, obligó al toro a perseguir caminando la muleta, gran exhibición de poder y pundonor que no veíamos desde la ultima vez que Ponce toreó en la Macarena, Estocada hasta las bolas y dos orejas merecidas que nos hacen anhelar tener al Juli en Medellin, hasta que siga como torero activo.
Lo de Luis Bolívar fue muy bueno, en su primero brindó al público y empezó unas tandas de derechazos bajando la mano, que le salieron mejor que toreando de salón, fueron varias las tandas de derecha, el toro se merecía de pronto una faena más variada, el torero no le tocó el pitón izquierdo y fue acortando las series y la embestida, angustiado por el triunfo que veía venir y algunos gritos de "toro" de las últimas filas. Se perfiló, concentrado, profesional, y puso una estocada en todo lo alto que puso a rodar al toro sin demora. La sola estocada merecía un apéndice, usía consideró que eran justas dos orejas. En su segundo, mas carente de calidad que el tercero de la tarde, lo toreó limpiamente, con lo justo, otra estocada memorable que evidencia que esta en un buen sitio y otra oreja. De destacar las banderillas de Jaime Mejía y del de siempre, Ricardo Santana, que de verdad no parece equivocarse.
Salieron a hombros los dos matadores de a pie, a Hermoso lo despiden las juventudes con un bello cartel extrañando solidariamente a Chenel y con un éxito en lo económico para la empresa y uno artístico para los aficionados esperamos ansiosos que llegue el fin de semana para ver a Ventura, Fandiño, Ritter, Castella, Perera y Talavante.
¡Enbuenahora Medellin!