Toro en el Campo
miércoles, 26 de noviembre de 2014
miércoles, 5 de noviembre de 2014
La soledad de un seductor
En una finca extremeña acabó Manzanares. Un consumado artista pero inconstante y de escasa ambición. Quizá por eso, la huella de su toreo ha sido menos profunda de lo que pudo haber sido
"Josemari ha muerto de soledad; no abandonado, pero sí solo e infeliz". Esta es la sincera y dolida reflexión de uno de los pocos amigos cercanos que tuvo el torero en los últimos tiempos.
José María Dols Abellán(Manzanares para la gloria taurina) fue encontrado sin vida el pasado martes en una habitación de su finca extremeña, donde vivía desde hace años apartado del mundo. Allí, solo el hombre, entre toros, campos de maíz y sus recuerdos, acabó de manera inesperada una existencia jalonada de muchas luces y algunas sombras, de reconocimientos y duras críticas, de conocidos circunstanciales y seguidores veleidosos, de largas fiestas y mujeres guapas, de lances arrogantes y alguna bravuconada, de amigos y enemigos íntimos, de destellos de felicidad y largas noches de tristeza…
Allí, en la finca extremeña, acabó, sobre todo, un torero privilegiado, nacido para la gloria, un creador de belleza, referencia fundamental de la compostura, el gusto, la calidad y el sabor torero; un hombre atractivo, dotado de una gran elegancia y un natural poder de seducción; un consumado artista, indolente, también, inconstante, conformista y de escasa ambición. Quizá por eso, la huella de su toreo ha sido menos profunda de lo que pudo haber sido a pesar de tantos ditirambos impúdicos como han derramado estos días sus propios compañeros, que han competido a la hora de encontrar adjetivos tan sonrojantes como irreales.
“Era raro como todos los toreros —añade su amigo—, tenía un temperamento fuerte, mantenía una difícil relación con su familia y pasaba los días en su finca apartado de todo y de todos, sin ilusiones”.
“Josemari era un bohemio —señala un admirador de muchos años—, buena persona, muy puro, amigo de sus amigos, respetuoso con sus compañeros y con una afición desmedida”.
Vivió la vida a tope. Y convertido ya en personaje famoso fue el objeto de deseo de las bellezas patrias y foráneas
José María Manzanares nació en Alicante el 14 de abril de 1953, hijo de Pepe Manzanares, un enfermo de los toros que dejó sus tareas en el puerto para probar suerte como novillero y ganarse, finalmente, el sustento como banderillero. Él fue quien inoculó a su hijo el veneno de la torería, y a los tres años ya toreaba de salón. Pronto se descubrió que las fibras del chaval eran especiales y en el incipiente aficionado afloró la elegancia clásica con la que ha entrado en la leyenda.
Acababa de cumplir los 18 años cuando tomó una alternativa de lujo en su Alicante natal de manos de dos grandes figuras: Luis Miguel Dominguín como padrino, y Santiago Martín El Viti como testigo. Era el 24 de junio de 1971.
Comenzaba ese día una carrera larga, que se extendería hasta el 1 de mayo de 2006, cuando la tarde de la presentación como novillero de un juvenil Cayetano en la Maestranza sevillana decidió romper el guion previsto y robarle el protagonismo al muchacho al decidir en un acto de rabia cortarse la coleta. Enfadado por el mal juego de sus toros, llamó a su hijo quien, tijera en mano, le desprendió el añadido y puso fin, definitivamente, a su trayectoria.
Fueron 35 años de presencia casi continuada en los ruedos; muchas temporadas —retiradas efímeras y vueltas ilusionantes incluidas— que vinieron a corroborar la clase innata del torero, su corto compromiso con la fiesta y consigo mismo y un carácter díscolo que le provocó no pocos contratiempos.
Figura indiscutible durante muchos años, imprescindible en todas las ferias importantes de España y América, José María Manzanares se convirtió por derecho propio en la referencia del clasicismo taurino. Triunfó en Las Ventas, pero un sector de la plaza lo convirtió en blanco constante de ataques feroces; quizá por eso, lo adoptó Sevilla, a la que deleitó con detalles de su calidad, aunque nunca llegó a traspasar la puerta de la gloria. Y mientras muchos aficionados se sentían arrobados por sus sublimes instantes de creación artística, algunos críticos exigentes denunciaban su actitud conformista y ventajista ante los toros.
Se casó en 1977 con Yeyes Samper, con la que tuvo cuatro hijos, dos chicas, Ana María y Yeyes, y dos chicos, José María, matador de toros, y Manuel, rejoneador. Vivió la vida a tope, celebró los éxitos —sobre todo, en América— con generosidad y sin prisas, y convertido ya en personaje famoso y con dinero, fue el objeto de deseo de bellezas patrias y foráneas.
Un supuesto romance con una guapa oficial fue el detonante de su divorcio, y, también, de su particular destierro a tierras extremeñas. Comenzó, además, una etapa difícil con sus vástagos, que no superaron la separación de sus padres, y un grave desencuentro con José María, por serias discrepancias sobre la gestión de su carrera como matador de toros. Y algo más hubo porque el padre no estuvo presente en la boda de su hijo torero.
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¿Fue José María un mujeriego? “Josemari quería mucho a su mujer y siempre se ha preocupado por sus hijos; especialmente, por Ana María, que sufre un problema de salud”, responde el amigo cercano.
Pero… “No hay torero bueno al que no le gusten las mujeres…”.
Atrás quedaron sus peleas con un crítico salmantino que lo zahirió y despreció con maldita saña, su enfrentamiento con El Soro en el ruedo de Valencia por un quite a destiempo, y sus gestos arrogantes con algunos presidentes que lo sancionaron por actitudes o decisiones inapropiadas. Sin duda, era José María Manzanares un hombre apasionado, aunque no son pocos los que opinan que lo fue más en la calle que en el ruedo.
Admiró a Antonio Ordóñez, visitó muy poco las enfermerías, le gustaba hablar de campo y de toros, le encantaba el flamenco y se atrevía a bailar cuando la ocasión lo requería. Había fumado mucho, pero presumía de ser un atleta, y retaba a sus amigos a igualar los mil abdominales que, aseguraba, hacía cada día.
Genio y figura hasta que se encerró en el campo y la soledad fue su compañía. En Extremadura, con sus angustias a cuestas, abandonado por él mismo, murió un artista seductor, aquejado, como todos, de grietas en su alma, pero tocado por la genialidad, aunque él nunca estuviera dispuesto a desarrollar todo su conocimiento.
lunes, 27 de enero de 2014
Segunda Corrida
El francés brindó al pintor Fernando Botero y la faena se fue en picada, con un manso echando hachazos a diestra y siniestra. Mata el francés recibiendo y descabella de forma limpia. En su segundo que se vislumbraba para cosas grandes el toro perdió igualmente recorrido cuando lo acariciaba Castella por ambos pitones. Faena de arrimones a las que nos tiene acostumbrados, mostrando su recorrido y valor, que le hacen pasear merecidamente una oreja.
Miguel Angel Perera fue lo mejor de la tarde, en su primero dejo unos pincelazos con el burel que se vino a menos y en su segundo con un toro parado que simplemente echaba arreones, demostró el significado de la palabra temple.
Luis Bolivar con un toreo muy electrico desperdició al primero que fue lo mejor que sacó la ganadería de Cuivá; palmas en el arrastre para el toro al que le faltó quien le templara la muleta y le diera unos pases largos y estirándose; otra hubiera sido la tarde si este toro hubiera correspondido a Perera. En su segundo pegó unos buenos pases en redondo, que rápidamente dejaron de servir, se quedó el torero sin argumentos, acabando allí su faena. El público que se mete con el torero y el responde haciéndome recordar la relación macarena con Dinastía. Bolívar no sale a la plaza con el gusto por torear, sale con sed de venganza y las condiciones no le favorecen aunque si la suerte con los astados, si no hay cambio de actitud no creo que Luis Bolívar deba pisar por un rato tierras antioqueñas
jueves, 23 de enero de 2014
Como fue el año anterior para la terna del sabado?
El mejor rankeado es Miguel Angel Perera es cuarto en el Escalafón, seguido por Castella.
| Festejos en plaza Orejas en plaza |
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Ord. | Lidiador | Festejos | Orejas | Rabos | 1ª | 2ª | 3ª | 1ª | 2ª | 3ª | Reses lidiadas |
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004 | Miguel Ángel Perera | 43 | 47 | 0 | 14 | 21 | 9 | 7 | 28 | 10 | 87 |
011 | Sebastián Castella | 37 | 41 | 0 | 12 | 17 | 9 | 15 | 17 | 9 | 82 |
041 | Luis Bolívar | 12 | 7 | 0 | 7 | 3 | 2 | 3 | 3 | 1 | 23 |
martes, 21 de enero de 2014
Miguel Angel Perera
Nacido en la provincia de Badajoz, recibió la alternativa en Badajoz de manos de El Juli y de Matias Tejela, que casualmente reemplazó a Enrique Ponce quien se caía del cartel. Recordemos que Perera es el reciente triunfador de la feria de Cali y esperamos que pueda repetir en la ciudad de Medellín.
ARTICULO DE PRENSA
Para aclarar que significa el pererismo. El matador se ha presentado dos veces en Medellín, que yo recuerde, salió en hombros junto a Morante en el año 2009, quien de pronto opacó el recuerdo de Miguel Angel, por lo que plasmó aquella tarde. Este año puede ser el año de Perera.
De Purísima y Oro. Título: La orden pererista.
Firma:José Antonio Luna Alarcón.
Intolerancia.
Para la faena de la sarga, los pies clavados en la arena –siete pases sin enmendar- desató las órdenes hieráticas de sus sentimientos con muletazos suaves y embarcando al toro que a cada momento demostraba, más y más, su absoluta falta de casta. La faena del torero extremeño fue un culto al temple. En su quehacer no existieron los duendes negros gitanos, ni el tremendismo combinado con la ortodoxia, dos características hoy muy en boga. Son otros los valores que aderezan su gran estilo: sobriedad, cadencia perezosa en la cintura y las muñecas, y la arrogancia de su pecho mostrándose a la embestida. Mágica hondura, severidad de movimientos y el acompañar cimbreante al toreo dilataron el tiempo.
Este es el torero para otra estirpe de aficionados, la de los devotos. Porque ir a la plaza cuando oficia Perera es más un acto religioso que de afición taurina. Leves insinuaciones del trapo al momento de tocar, la sutileza en el embarque, el torear con todo el cuerpo y luego, el despedir adusto para volver a quedar colocado. Todo sin alardes ordinarios, ni la más mínima concesión al mal gusto. Con ello, uno se siente como cuando entra al templo, huele a cera y a flores dulzonas, se oye el murmullo de las oraciones que revientan en el olé y en el centro del ruedo, toreando como los ángeles, está el maestro Miguel Ángel Perera, altivo, sereno, austero y elegante. Cuando remata, uno ha quedado en estado de gracia.
La faena al segundo de la tarde tuvo solemnidades de misa mayor. Después, todo fue en balde y cada quien a lo suyo. Zotoluco con un torito corniausente luchaba en vano por vencer las tentaciones del toreo a la distancia, y el Payo, mal y de malas, se afanaba tratando de convertir al octavo. Mientras tanto, el que esto escribe, con veneración se calaba el hábito de la cofradía pererista.
lunes, 20 de enero de 2014
Primera corrida de 2014
El segundo toro que salió a la plaza nos levantó los ánimos, corrió furibundo bordeando el ruedo y embistiendo a cualquier lance de capote, cuando salieron los picadores al ruedo, el toro sin siquiera tomar mucha distancia embistió con toda su fuerza y casi manda al picador con caballo y todo al tendido, demasiada fuerza y bravura en su embestida. Meritoria vara de Cayetano Romero quien después de ese levantón, recibió al toro con una fuerte puya, sin permitirle tocar el peto de su montura, tal como mandan los cánones; como cuando no había peto. Empezó Manuel Libardo su faena de muleta consintiendo y respetando al animal, al que quiso despachar pasadas tres tandas, y que casi no iguala para entrar a matar, pues estaba entero. Si todos los toros fueran así, tal vez no habría anti-taurinos, pues este toro inspiraba de todo menos lastima. Más el toro que el torero, al final el respetable pidió la vuelta al ruedo y la presidencia otorgó la oreja al matador, no fue suficiente clara la mímica de vuelta con la mano para usía y quedó el premio en las manos equivocadas.
Promisorio el tercero para Luis Miguel Castrillón, buenas formas con un toro de increíble porte que no permitió su lucimiento y que se venia a menos por el pitón izquierdo.
El primer toro de rejoneo, fue para mi gusto la mejor faena hasta ahora de Pablo Hermoso de Mendoza en tierras paisas, quiero acotar recordando el segundo de la tarde, Buñolero, que la fiesta del toreo es una pelea que requiere una alta dosis de igualdad y que esos pequeños toros de Ernesto Gutierrez, que exigen las figuras, por mucho que embistan son mucho más inferiores al binomio al que se enfrentan. Pablo Hermoso me recordó el rabo de Bogotá, sabiduría al dejar en buen puesto un solo rejón de castigo, y hermosos pares de banderillas con Chenel, toreando con quites con el anca, con banderillas al quiebro, con Dalí muy templado y con una inaudita Pirata, que arredró al toro antes de que cayera arriesgándose a ser empitonada mientras Pablo Hermoso había echado pie a tierra, esperando que el toro cayera. Muy merecidas dos orejas para el rejoneador navarro, que es el showman que en buena hora encontró Cormacarena para mantener la feria en números verdes.
La segunda mitad de la corrida no encontró el mismo nivel en los toros, nos permitió ver en todo su esplendor el valor de Javier Castaño con un burraco, parado y peligroso al que el Leonés le sacó algunos pases a punta de arrimarse con cojones. Manuel Libardo pasó desapercibido en su segundo, al que confiado esperó cuando todo estaba perdido y le saco un para de series muy suaves con la derecha, era más del estilo del matador de Ubaté, quien parece preferir estos bureles nobles y carentes de peligro, al bravisimo Buñolero, para abonarle al Cuninamarqués que descabelló en el acto y su actitud. Por último Luis Miguel Castrillón desperdició al mejor ejemplar de la ganadería de los Rocha, quien requería más lidia para que afinara la embestida y no pegara tantos arreones y un poquito más de largura por el pitón izquierdo, esperamos que el paisa con el paso de los años y de la experiencia, pueda mejorar para años venideros. Lo mejor para este toro fue la vara de Luis Viloria, quien se sostuvo en el caballo con una destreza admirable, mientras pegaba una buenisima vara y las banderillas de Ricardo Santana, quien es el mejor banderillero que tiene Colombia hoy en día.
El último toro de Ernesto Gutierrez, que correspondió a Pablo Hermoso, fue el escenario para que viéramos nuevas suertes como los giros de anca a cabeza y de cabeza a anca realizados con DISPARATE, quien acababa recientemente de poner de rodillas a la plaza de toros de Manizales, y con VIRIATO que reta al toro, toreandolo de frente en una increíble demostración de dominio del arte del rejoneo y todo lo que ella significa. Enterró el rejón de muerte caído pero fulminante y otra vez dos orejas para Hermoso, que nos hace salir con una sonrisa de la Macarena, esperando con ansias la próxima tarde de toros.